viernes, 4 de diciembre de 2015

La lápida de Arniches y un Photoshop de Santos Yubero

Esta que vamos a contar es una de las tantas historias que se esconden en los rancios y pintorescos rincones del Rastro. Habla de dos grandes figuras que aportaron mucho a Madrid, el comediógrafo y sainetero D. Carlos Arniches Barreda y el periodista y fotógrafo D. Martín Santos Yubero.

No es un artículo biográfico ni tampoco una crónica detallada de acontecimientos. Es la breve historia del homenaje a Carlos Arniches, con inauguración de lápida, y la posterior anécdota que pocos conocerán o recordarán vagamente.
"Mi mayor alegría en el año 1930 me la produjo el acuerdo del Ayuntamiento de Madrid al disponer que, en lo sucesivo, la calle del Peñón se denomine de Carlos Arniches." [1]

Fotografía de Luque
Nuevo Mundo, 26 de diciembre de 1930
© 2015 Eduardo Valero García-HUM 015-017 FOTOTECA
© 2015 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

Todo se desarrolla en El Rastro, allí donde una vez estuvo el primitivo matadero y carnicería mayor del cerrillo que dio nombre al castizo barrio.



Introducción
Geografía urbana
Unos pocos fragmentos de planos nos ilustran sobre las variaciones de la zona que va del Cerrillo del Rastro hasta el Campillo del Mundo Nuevo y la calle que las une, llamada antes del Peñón. En el plano de Texeira aparece con el nombre de “Piñón”, y en otros posteriores, como el de Nicolás de Fer (1706).

Fragmento del plano de Texeira (1656)
© BNE-BDH Signatura: INVENT/23233
© 2015 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325
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Peñasco y Cambronero nos cuentan en “Las calles de Madrid” (1889), que la calle recibía ese nombre por haber existido un enorme peñón (visible en los planos antiguos) que con el tiempo fue rebajado para ensanchar la zona.
Así, en el plano dirigido por Juan Noguera en 1848 (reducción del de C. Coello), la fisonomía del entorno ha cambiado bastante.

Fragmento del plano de Noguera, 1848
©Bibliothèque nationale de France, département Cartes et plans, GE D-14348
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En la siguiente comparativa del geoportal de cartografía y demografía histórica HISDI-MAD, podemos ver la transformación de la zona tomando como referencia el plano de Pedro Núñez Granés (1910) y la Cartografía Catastral de Madrid (2012).




Historia
La idea de una lápida a Arniches
La idea de rendir homenaje en vida al ilustre Carlos Arniches nace en los despachos del Centro de Hijos de Madrid en 1930, cuando era presidente de la institución el arquitecto D. Críspulo Moro Cabeza. Dar el nombre de Arniches a una calle de los barrios bajos madrileños era el mayor reconocimiento al sainetero que tantas veces los había recreado en sus obras.

Enseguida se puso en marcha el Heraldo de Madrid abriendo una suscripción pública para costear la lápida que se colocaría en la rebautizada calle. Todas las compañías de teatro de España, entidades, comercios, personalidades, y el pueblo de Madrid y Alicante colaboraron en la noble causa.


El escultor
En 1930 se encarga al escultor valenciano D. Gabriel Borrás Abellá la realización de una lápida, costeada por suscripción pública, que daría rótulo a la nueva calle de Carlos Arniches.
Borrás, entre otras obras conmemorativas, había realizado la lápida de María Guerrero que fue instalada en el vestíbulo del Teatro Español el 30 de abril de 1929.
Con verdadera solemnidad se celebró en el Teatro Español el homenaje rendido por el Centro de Hijos de Madrid a la memoria de María Guerrero, descubriendo una lápida conmemorativa de la gloriosa artista. El acto, por su significado y las personalidades que asistieron, resultó digno de la casa donde se celebró y de la gran figura que se enaltecía.” [2]

Para Arniches hizo Gabriel Borrás un precioso bajorrelieve en bronce. En la parte superior esculpió el busto del sainetero, de perfil, envuelto en una capa o “pañosa”; en la parte inferior un relieve que representa una escena verbenera, y debajo una pluma laureada.
Lleva inscripto: “CALLE DE CARLOS ARNICHES” "Por iniciativa del Centro de Hijos de Madrid y costeada por subscripción pública en Madrid y Alicante."
El escultor asistió a la inauguración, recibiendo palabras de agradecimiento del propio sainetero y el aplauso del público presente.


La lápida de la calle Carlos Arniches en la actualidad.
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Como veremos más abajo, en una fotografía tomada por Cortés, el texto "Calle de Carlos Arniches" y la pluma laureada eran de color dorado. Desconocemos si el paso del tiempo deslució la placa o si tiene que ver con lo acontecido en 1969, suceso que explicamos en el capítulo "El Photoshop de Santos Yubero".


Inauguración de la lápida
El jueves 26 de marzo de 1931 el Rastro se vestía de fiesta para una celebración municipal; la calle del Peñón iba a ser rebautizada con el nombre de Carlos Arniches y el ilustre sainetero asistía al evento.

En ese acto se inauguraba la lápida que había sido colocada sobre la fachada del nº 12 (antes calle de las Velas, 16), de la casa ubicada frente al antiguo Matadero de cerdos del Cerrillo del Rastro, hoy Plaza del general Vara del Rey (de Antonio Zozaya en esos tiempos).

Fachada de la casa donde se colocó la lápida en 1931.
Fotografía de Luque
Nuevo Mundo, 26 de diciembre de 1930
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El edificio continúa en pie y en la actualidad corresponde al nº 6 de la plaza (esquina con la calle Mira al Río Alta).

La casa en la actualidad
© Google Maps
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En la plaza de Antonio Zozaya se había colocado la Banda Municipal, dirigida por el famosísimo maestro Ricardo Villa. A las doce y media, a modo de preámbulo, comenzó un concierto que incluía fragmentos de sainetes escritos por Arniches.

Desde el balcón anejo a la lápida, que permanecía cubierta con una bandera española, a la una de la tarde asomó Carlos Arniches y fue recibido con una gran ovación. Le acompañaban los señores que glorificaron con sus palabras al sainetero.

Se descubrió la lápida y entonces Arniches dedicó unas palabras a la concurrencia:
Pocas y sencillas palabras de gratitud voy a leer, porque ante el temor de que la emoción que en estos momentos me embarga no me dejara improvisar, las recogí en un papel. Así, la flor de mi gratitud no pierde su aroma.
Jamás he pedido ni obtenido en el ya largo ejercicio de mi profesión el menor homenaje hasta hoy. Pero este de ahora me compensa de todos los que no recibí y me excusa de los venideros. Es para mí el mayor de todos los imaginables este de que en una calle del corazón de Madrid quede mí nombre, para que lo recuerden siempre esas gentes a quienes tanto quiero.
Este Madrid, muchas veces heroico y siempre honrado, que antes que yo cantaron D. Ramón de la Cruz y D. Ricardo de la Vega y otros ingenios.
Gracias al Centro de Hijos de Madrid, iniciador de esta idea; al alcalde anterior, que la acogió con cariño, y al actual, que la llevó a cabo; a la Prensa, que ha cooperado; al artista que ha esculpido la lápida, y a mi tierra nativa, que ha contribuido con todo cariño a está alegría de mi vida, y sobre todo, gracias a Madrid, que es mi pueblo de adopción, al que quiero con toda mi alma, con toda mi madrileñería, aunque ahora, con tanto rascacielos, parezca casi delictivo hablar de madrileñerías, y al que yo rindo el tributo de mi gratitud.
No sé si tienen razón los castizos o los anticastizos; pero no es cosa de ponerse tontos porque haya unos rascacielos en la Gran Vía. En estos barrios hay cinco mil casas, de donde todos los días salen miles de madrileños que visten chupa, pantalón abotinado o gabardina. Vayan como vayan llevan dentro el corazón madrileño, que no cambia ni cambiará por mucho que Madrid se engrandezca." [3]

Omitimos más detalles de la celebración, puesto que las fotografías de Alfonso y Cortés ilustran perfectamente aquel momento.

Fotografía de Alfonso
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Fotografía de Cortés
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Desde aquel Madrid de 1931, muy próximo al comienzo de la guerra, avanzamos 38 años y nos situamos en el verano de 1969. La lápida de Arniches y su calle vuelven a ser protagonista de una historia.


El Photoshop de Santos Yubero
A mediados de agosto de 1969 el fotógrafo y periodista Santos Yubero publica un artículo en el diario “Ya” donde manifiesta su preocupación por la desaparición de la placa que rotulaba la calle de Carlos Arniches. Según sus pesquisas –porque Santos Yubero habló con medio barrio en busca de una explicación-, lo más probable era que la lápida de Arniches hubiese acabado en los temidos Almacenes de la Villa.

Los periodistas Juan Antonio Cabezas, Casares y José Montero Alonso, se hicieron eco del lamentable descubrimiento de Yubero. La polémica ya estaba servida y el Ayuntamiento entre la espada y la pared.

El martes 2 de septiembre de 1969, en la edición matutina de ABC, Juan Antonio Cabezas escribía para la columna “Mentidero de la Villa” un escueto artículo que decía:

Hemeroteca diario ABC
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La fama del Almacén de la Villa venía de antiguo y como bien decía Cabezas “uno se echa a temblar”, porque muchos eran -y son-, los monumentos y ornatos de esta Villa y Corte que han ingresado en el almacén y nunca más se supo de ellos. No todos, claro; algunos salieron restaurados pero jamás fueron ubicados en su emplazamiento original.

Surgieron entonces las preguntas: ¿Dónde está la lápida? ¿Por qué fue quitada de su emplazamiento original?

El 7 de septiembre, otra vez en "Mentidero de la Villa" del diario ABC, Juan Antonio Cabezas cambia su postura y ya no da la razón a Santos Yubero:
"Por qué poco (unos metros de mampostería) nos columpiamos, amigo Yubero. Claro, que esos son corrientes gajes del oficio. Y, con equivocación y todo, se demuestra que no nos olvidamos de las cosas que pasan o pueden pasar en este Madrid."
Cabezas escribe esto quizá sintiendose respaldado por el delegado de Educación y Cultura del Ayuntamiento, Sr. Antonio Aparisi, quien el 2 de septiembre, con la intención de zanjar la polémica suscitada, había enviado una carta al ABC rogando la publicación de una nota aclaratoria.

El periódico la inserta en su número del día 12 con el título “La placa dedicada a Arniches”. En ella el Ayuntamiento justificaba la retirada de la lápida “por exigencias urbanísticas, ya que la finca en que estaba adosada sufrió notables reformas”.
Decía que se había colocado en un emplazamiento mucho más adecuado que el que tenía en la Plaza de Vara del Rey, y hacía referencia al número 31 de la calle de Carlos Arniches, lugar donde hoy permanece.
La misma nota era reproducida en La Vanguardia del 16 de septiembre.

Archivo HUM
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Archivo HUM
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Aún hay dudas sobre este asunto.
De no haber abierto Santos Yubero la caja de los truenos, ¿existiría hoy la lápida de la calle de Carlos Arniches?, ¿por qué se eligió el número 31 de la citada calle y no la cabecera de la misma?
Estas preguntas quedan sin respuesta, o la respuesta es la ofrecida por el Ayuntamiento en aquel momento.

Lo cierto es que Santos Yubero no estaba por la labor de que se las dieran con queso. El lunes 22 de septiembre, diez días después de la contestación del Ayuntamiento, Hoja del Lunes de Madrid publicaba un artículo suyo que llevaba por título “La lápida de Carlos Arniches, fuera de lugar – Nuestro compañero Santos Yubero propone un emplazamiento más lógico”.

El periodista y fotógrafo hacía otras dos preguntas: “¿Y por qué en aquel sitio?. Si no la pueden ver los propios vecinos ¿cómo van a reparar en ella los transeúntes?”.

Las respondía él mismo con estas palabras:
Tengo, pues, que insistir en mi punto de vista por las siguientes razones: porque está en el centro de un inmueble que no hace esquina, como si se tratara del recuerdo de una efemérides; porque es un rótulo callejero y los nombres de las calles se colocan en las esquinas; porque la esquina que le corresponde es la de la casa número 1, con vuelta a la plaza del General Vara del Rey, cogollo del Rastro y que es el escenario de muchas escenas arnichescas, y, finalmente, porque este edificio es de reciente construcción y el que la sostiene en la actualidad está como para ser revocado en fecha próxima, con lo cual se repetiría el hecho de que la lápida fuera arrancada otra vez.

Refuerza su explicación con un fotomontaje artesanal, de los de líquidos de revelado y tiempos de exposición; esos que hoy –marcando las diferencias-, llamamos “Photoshop”.


Hoja del Lunes de Madrid, septiembre de 1969.
Fotomontaje de Santos Yubero
A pie de foto una nota editorial:
"A través de una ingeniosa composición fotográfica puede apreciarse
la lápida de Carlos Arniches con el nombre de la calle dedicada al
popular sainetero, situada en el lugar propugnado por el autor de la
foto. Esto es, el número 1 de la calle y junto a la plaza del
General Vara del Rey, en el cogollo del Rastro."

La siguiente fotografía muestra la citada esquina en la actualidad. Creemos que Santos Yubero acertaba en la ubicación de la lápida por todo lo que comenta, y porque, estéticamente, luciría mucho mejor en esta esquina.


La esquina retratada por Santos Yubero
© Google Maps
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Además, Santos Yubero había sugerido al director de Hoja del Lunes, Sr. Pedro Gómez Aparicio, la realización de una encuesta entre los vecinos del barrio, cronistas oficiales de la Villa y escritores especializados en temas madrileñistas. La idea era que todos ellos cambiasen opiniones y se pusiesen de acuerdo en cual había de ser el emplazamiento más adecuado.

No hemos encontrado ninguna referencia sobre la encuesta, lo que nos lleva a pensar que nunca fue llevada a cabo. Por otra parte –y visto lo visto-, a D. Martín Santos Yubero poco caso le hicieron. 


Palabras finales
Nos despedimos con las palabras dedicadas por ABC el día 27 de marzo de 1931 y un brindis histórico.
"Desde ayer hay en Madrid una calle de Arniches: la del Peñón, en el barrio más bullanguero y tumultuoso de Madrid, a dos pasos de esa calle de Toledo, que, en opinión de Galdós, es la más bonita y pintoresca del mundo, porque resume la alegría y el tráfico de toda la Corte. En ese barrio se doctoró Arniches, como el mismo Galdós, en Literatura Práctica y Biología Experimental. Allí conoció a sus tipos, estudió sus maneras, aprendió su lenguaje, recogió sus donaires, penetró en sus viviendas abigarradas, compartió sus bureos, encendidos a prima noche en el Valdepeñas y rematados, a la madrugada, con una fuga violenta y atropellada de melodrama, que se enredaba luego en la "Comi" o se concertaba amorosamente en los bancos ancestrales de esas breves, solitarias y provincianas plazoletas del viejo y romántico Madrid de los barrios bajos. Allí se hizo escritor Arniches y allí encontró la hebra del sainete madrileño para trabarla a una tradición que empezaba en D. Ramón de la Cruz y concluía en D. Ricardo de la Vega."

Desde su presente brinda con nosotros el maestro sainetero días antes de la inauguración de su calle y su lápida. Le acompañan (de derecha a izquierda) el director del Centro de Hijos de Madrid; el escultor Gabriel Borrás; el director del Heraldo de Madrid, Sr. Fontdevila; Arniches, junto a su colaborador José de Lucio, y el periodista Sr. Olmedilla. Detrás, los taberneros y su taberna.

Fotografía de Luque
Nuevo Mundo, 26 de diciembre de 1930
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Bibliografía
[1] Palabras de Carlos Arniches en el diario El Día, de Alicante, el 23 de enero de 1931.
[2] ABC. “Informaciones y noticias varias de Madrid”, 1º de mayo de 1929. Edición de la mañana, pág. 19
[3] Versión literal recogida de La Voz, Madrid, del 26 de marzo de 1931.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2015) "La lápida de Arniches y un Photoshop de Santos Yubero", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/

· Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación. 
· En todas las citas se ha conservado la ortografía original.



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